Decía José Antonio Arias en los micrófonos de Radio Rinconada que nunca había perdido como entrenador senior en Torreblanca. Y seguirá así, a pesar del final de infarto vivido en Los Caños.
El dominio fue alterno. Los locales apretaban espoleados por su público y el Rinconada imponía su mayor calidad. Los rinconeros iban a adelantarse en el marcador, gracias a un penalti transformado por Molina. Sin embargo, en la jugada inmediatamente posterior, Jairo devolvió las tablas al electrónico. La alegría había durado muy poco.
Las cosas para el Rinconada en la segunda parte se iban a poner aún peor, con el tanto de Juanan que adelantaba en el marcador a los locales y dejaba los guarismos blanquiazules de los últimos cuatro partidos en un sonrojante uno de doce. Sin embargo, tras una falta botada por Molina, el ex carmonense Álex Garrido puso de nuevo el empate en el marcador.
De ahí al final, las opciones se repartieron, imperando más el temor a perder que la osadía de ir por derecho a buscar el triunfo. Cuando pasaban cinco minutos de la hora fijada, tras una jugada confusa en el área del Rinconada –Cruz Díaz no pito de primeras sino tras mirar a su asistente-, el árbitro pitó penalti a favor del Diablos Rojos y mostró la roja directa a Dani. Los de José Antonio Arias no tenían portero suplente –Jairo tenía problemas laborales- y fue Juan Carlos Ávalos, que volvía tras varias semanas lesionado el que asumió la responsabilidad de ponerse bajo los palos. Pipi lanzó la pena máxima y el menor de los Ávalos despejó el esférico justo antes de que el colegiado decretara el final del partido, que dejó un punto que supo a gloria por el desenlace final en la buchaca rinconera.
La próxima semana, los del Nuevo Ramos Yerga vuelven a casa para recibir a uno de los ‘cocos’ de la categoría: el Puebla.
Fuente: larinconada.es
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