El Rinconada
sigue sin puntuar lejos del Leonardo Ramos y en Alcalá dejó pasar una
nueva oportunidad de hacerlo en un duelo marcado por la falta de fútbol,
fruto del estado del rectángulo de juego, y la racanería de los dos
técnicos, que sacrificaron cualquier destello de cara a los aficionados,
por un fútbol directo, marcado por la estrategia, en el que el
Rinconada, quizás el mejor especialista de la categoría en esta agua,
naufragó fruto de sus propios errores a la hora de ejecutarla en defensa
y en ataque.
Las cosas comenzaron bien para los de
Andrés Millán, que se adelantaron en el marcador después de que Niza
transformara un penalti engañando a Chesco, señalizado por un presunto
agarrón dentro del área alcalareña. Los locales protestaron mucho la
jugada y se cargaron de amarillas y Ledesma, oficialmente lesionado,
dejo el campo a Javi Pelé, cuando tenía una amarilla y los aficionados
murmuraban que no acabaría el partido.
El partido iba de cara para el Rinconada
que se durmió en los laureles y vio como, poco después, Joaquín, el
canterano del San José, ponía las tablas en el marcador tras una jugada
del lateral zurdo Aurelio en la que los de Chico reclamaron falta y los
rinconeros se quedaron parados. El árbitro dio la ley de la ventaja y el
ex cañamero, el más listo de la clase, dejó con cara de tontos a todos
los defensores blanquiazules.
El empate espoleó al Alcalá que, con una
hipermotivación, se fueron arriba y empezaron a crear problemas a la
meta de Caro. Aurelio iba a poner en ventaja a los locales, lo que
supuso un duro varapalo para los de Andrés Millán, que se fueron al
descanso por debajo en el marcador.
Nada más arrancar el segundo tiempo, un
balón colgado al área sirvió para que el Alcalá ampliase la ventaja,
ante el asombro de la nutrida parroquia rinconera, que veía como su
equipo era víctima de su propia filosofía de juego. A partir de ahí, los
locales se dedicaron a guardar la ropa achicando balones y el Rinconada
no supo rentabilizar los balones al área que entrañaban su único
argumento ofensivo.
El trencilla paró el partido para
solicitar la presencia de las fuerzas de orden público, después de
expulsar a Víctor Melli y Joaquín, que se ensarzaron en un rifirrafe y
dejaron con diez a sus respectivos equipos.
Con el tiempo cumplido, David Melli
aprovechó el enésimo balón a la olla para maquillar el resultado y dar
emoción a los últimos minutos, pero los puntos volaron para el
Rinconada.
La próxima semana, en el fortín que,
hasta el momento, supone el Leonardo Ramos, los rinconeros recibirán al
Huévar, otro equipo que rentabiliza la estrategia y que se encuentra en
la zona noble de la clasificación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, colabora con nuestro blog, sin faltar el respeto a nadie, ni insultar y sin utilizar palabras malsonantes.
Gracias.